Vuelta a los orígenes! Vuelta a la competición! Hambre de competición saciada! Triatlón de
Elche: 1,9 km de natación, 82 km de bicicleta y 19,4 km corriendo en lugar de
1,9/90/21 km como era de esperar. Parece ser que hubo problemas con las
autorizaciones y por ello se acortó el segmento ciclista. Otra vez Elche, otra
participación más en un de los triatlones emblemáticos de la larga distancia en
el ámbito nacional y parte del internacional, hehehe.
Entorno
privilegiado, fondo marino y mar perfecto, temperatura agradable sin hacer
excesivamente calor. Os puedo asegurar que en verano duele más, hehehe.
Circuito ciclista prácticamente plano, que permite buenos cronos con bici de contrarreloj.
Mi primer
segmento en la natación fue arrollador, salí el 23 de 191 en mi tanda. Disfruté
en la natación como un niño, sin demasiado esfuerzo me fui deshaciendo de mis
oponentes. Sobrepasé a muchos los de la tanda anterior, que habían salido con 8
minutos de antelación.
Encaré la salida
en bici con buenas sensaciones, el viento no era muy fuerte, a diferencia de
otras ediciones, ya que en esta zona suele soplar viento bastante molesto para
la práctica de la bicicleta. Se vieron grandes rodadores con cabras y ruedas
lenticulares, que con su ritmo endemoniado de pedalada me hacían palidecer de
envidia. Las cabras se impusieron con su aerodinámica a las de manufactura
tradicional con acople, aunque las bicicletas no van solas; deben ser
accionadas por un/a potente triatleta.
Me pude hacer respetar con un ritmo de 32 km/h, con picos de 53 km/h y tramos
en los que rodaba a 43 km/h. La aerodinámica de mi cabra respondió bien las
exigencias del circuito. Durante la prueba me sentí cómodo en el segmento
ciclista, el perfume de azahar inundaba mi nariz y daba una sensación de relax
en medio de ejercicio intenso y la brisa refrigeraba nuestra temperatura,
haciendo el trayecto placentero pese al esfuerzo competitivo. Ritmo de competición constante, rodé cómodo y me sentía que iba a poder dar lo máximo de mí. Iba a llegar cómodo a la carrera y pensaba que iba a recuperar mis antiguas marcas. Luego se vería que no iba a ser así.
Llegué a la carrera, pero ay! Esta vez no pude dar el hachazo final. Me sentí incómodo,
cansado, indispuesto, agotado. No podía correr y mi voluntad de hierro se iba
resquebrajando cada vez que me adelantaba un oponente. Hasta los menos
aguerridos corredores me adelantaban. El segmento de carrera a pie se convirtió
en una agónica tortura de 1 h 57 min, en los que fui incapaz de mantener un
ritmo constante, ni tan siquiera un ritmo con el que acabara con dignidad. El
calor, la subida de escalones de calvario, el firme duro del paseo, los tramos
de asfalto duro y viejo, los tramos de caminos con firme irregular y piedras, y
para remate final correr sobre playa de arena hicieron de mi un corredor en
horas bajas.
Finalmente acabé
con un crono de 5 h 09 min, mejor que el año anterior pero no lo que me esperaba frente al rendimiento de este año, que afortunadamente voy mucho
mejor.
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